Yayo Herrero y el ecofeminismo


Para este reto de aprendizaje en Igualdad, dedicado a cómo hemos llegado hasta aquí, quiero arrojar una mirada detenida sobre la figura de Yayo Herrero. Completamente actual, la posiciones que plantea esta mujer significan para mí la integración de las preocupaciones sobre medio ambiente y de los derechos de las mujeres sobre los que he buscado respuestas estos últimos años. Ella hace que la visión de la realidad sea más comprensible aunando y dando sentido a estos aspectos de nuestras sociedades. Yayo asume las agendas feministas y las combina con la crisis ecosocial de nuestro tiempo geológico, el denominado Antopoceno.  Y aunque para mí y para ciertas personas de mi entorno ella es referencia, he comprobado que existe aún mucha gente que siendo afín no conoce de su dedicación y aportaciones.

Como decía, Yayo Herrero es una mujer actual, de mi generación. Yo la descubrí en el entorno de un curso de verano sobre alternativas ecosociales en 2014 inspirado en el VII Programa de Acción en Medio Ambiente, Vivir bien respetando los límites del planeta. Es ingeniera agrícola, docente y antropóloga. Además de sus dedicaciones profesionales ha sido miembro y coordinadora de Ecologistas en Acción, incansable activista, articulista, escritora y divulgadora. Su capacidad de transmitir información y adhesión, sincera, directa y llana te lleva a comprender de qué forma unas inequidades se alían o refuerzan con otras. Y no puedo evitar sentir que debo enarbolar la misma bandera, recitar las mismas proclamas: Ni la tierra ni las mujeres no somos territorio de conquista. Como ecofeminista Yayo cuestiona conceptos como economía, progreso, trabajo, producción, donde unas vidas tienen mayor valor que otras y donde esas otras son sometidas con violencias a la maximización del beneficio. 

El último cuarto del siglo XX asistió a la constatación de que los límites del planeta estaban a punto de ser rebasados. Al mismo tiempo, la tercera ola del feminismo ponía encima de la mesa el feminismo liberal y su incidencia en la esfera institucional y un poco más tarde el feminismo radical, proclamando que lo personal es político. Más aún, en una democracia incipiente las desigualdades heredadas del régimen anterior exigían una militancia adicional a las mujeres que luchaban por la justicia social.  En este caldo de cultivo se forjó el activismo de Yayo. 

Una Yayo ingeniera agrónoma tenía muchas claves para entender cómo la explotación de la tierra y las agresiones al medio ambiente causaban empobrecimiento y afectaban a los territorios más vulnerables. Pero una mujer inquieta y atenta a las cuestiones que empezaban a ser objeto de controversia, las que conforman la agenda de la cuarta ola, en un entorno global de globalización y de transferencia de cuidados a migrantes económicos, pero sobre todos feminizados, pudo engarzar los aspectos ambientales a los sociales pero sobre todo a las formas de explotación de las mujeres. Producción capitalista, cuidados y explotación sexual.

La Yayo docente durante su etapa en la dirección de una organización dedicada a la docencia aporta su visión de los ecofeminismos a la preparación de unas generaciones que deben cargar con la responsabilidad de afrontar retos ambientales, crisis de recursos y desigualdades basadas en los roles de género. 

Su formación como antropóloga le proporciona nuevas herramientas para la interpretación de las desigualdades de género en un entorno de explotación, con la posibilidad de extender su pensamiento en el ámbito universitario como profesora. 

Escribe de forma incansable en numerosos medios, publica libros como autora y como colaboradora y asiste a conferencias, entrevistas y mesas redondas de temas conectados con sus campos de conocimiento. Yo misma he asistido a unos cuantos.


Fuentes:





 

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